En el amor verdadero, la distancia más pequeña es demasiado grande, y sobre la distancia más larga se pueden construir puentes.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Un día tras otro

Ahora estoy aquí sentada en la ventana mirando hacia el mar. Todos los días camino por la playa, me siento en la orilla y escribo tu nombre en la arena. Todo me recuerda a ti. Confundo el sonido de las olas con tu risa. Creo que me abrazas cuando lo que noto es el frío aliento del viento. Siento tu piel sobre mis pies descalzos cuando lo que toco es la fría agua del mar. Siento que me miras cuando lo que me alumbra es la luz del faro. Veo tu sonrisa dibujada en el cielo en vez del sol. Me vienen a la mente recuerdos y risas por el agudo sonido de las gaviotas. Después de todo esto, miro tu nombre escrito sobre la arena y veo como se lo va llevando poco a poco la marea sin dejar rastro alguno. Entonces pienso que me gustaría que me pasase lo mismo, que una ola llegase a mi y te borrara de mi vida sin dejar rastro. Pero entonces reflexiono, y me pregunto que que haría el mar sin las olas, la playa sin la arena, los barcos si el faro, en conclusión, mi vida sin ti.


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